Partes del pie

El pie es la parte del cuerpo humano más distal de la extremidad inferior. Constituye la porción terminal de su anatomía, llevando todo el peso del cuerpo sobre él. Es una estructura ósea compleja ubicada en la extremidad de la pierna, formada por veintiséis huesos, treinta y tres articulaciones y más de cien músculos, ligamentos y tendones, cuya función permite al ser humano la locomoción bípeda, es decir la capacidad de movilizarse sobre las dos extremidades inferiores.

Los seres humanos utilizan los pies para caminar y mantenerse en posición vertical, es decir que permiten la marcha erguida constituyendo una bisagra con la superficie del suelo. Son muchísimas sus terminaciones nerviosas, lo que explica la alta sensibilidad al tacto.

El pie está articulado con la pierna a través del tobillo, y soporta el peso de nuestro cuerpo al estar de pie siendo la única parte de él que tiene contacto con el suelo.

Los pies tienen la función de permitir la bipedestación y la marcha erguida, actúan como amortiguadores proveyendo la flexibilidad, elasticidad y propulsión necesarias para caminar, correr o saltar y mantener el equilibrio en superficies desparejas.

La red de músculos, tendones y ligamentos del pie mantienen la posición de sus huesos, mueven y levantan los dedos, soportan el arco y controlan los movimientos del tobillo. El tendón de Aquiles es el más grande, que va del talón a la pantorrilla, y permite ponerse de puntillas, correr, subir escaleras o saltar.

El pie puede dividirse en tres secciones:

El pie delantero o antepié

Está compuesto por cinco metatarsos y catorce falanges (que son los huesos de los dedos del pie).

El metatarso

El metatarso es un puente entre los dedos y el pie medio, y se extiende cuando el pie debe soportar peso. Sus huesos poseen una parte redondeada denominada cabeza metatarsal, que forma la planta del pie cuya función es soportar el peso.

Los huesos metatarsianos son huesos largos y pequeños que están dispuestos de adentro hacia afuera con los nombres de: primero, segundo, tercero, cuarto y quinto. No están ubicados en un mismo plano, sino que constituyen un arco transversal, algo más elevado por dentro que por fuera.

Cada uno de los metatarsianos posee una base (extremo proximal) un cuerpo (o diáfisis) y una cabeza (extremidad distal).

El quinto metatarsiano presenta habitualmente una saliente posteroexterna a nivel de la base, que es la apófisis estiloide del quinto metatarsiano.

La diáfisis o cuerpo es prismática triangular y tiene una base dorsal y una arista plantar. El primer metatarsiano es el más grueso, corto y duro, y está articulado con la primera cuña; el segundo metatarsiano encaja entre las tres cuñas. El tercero solamente articula con la tercera, el cuarto con la tercera, y el quinto y el cuboides sólo articulan con el cuboides. Pero todos se articulan entre sí.

Las falanges

Las falanges son conocidas con el nombre de: primera o proximal, segunda o medial, y tercera o distal. Al igual que la mano, el dedo gordo o hallus tiene sólo dos falanges (distal o unqueal y proximal) y el resto de los dedos poseen tres falanges.

Las falanges son muy rudimentarias, y presentan una base (extremidad proximal), una diáfisis o cuerpo muy corto, y una cabeza (extremidad distal). La superficie articular de la extremidad de cada falange es una troclea rudimentaria.

Las articulaciones entre falanges se denominan interfalángicas, y las que hay entre las falanges y el metatarso se llaman metatarsofalángicas cuya función es dinámica.

El pie medio

Está formado por huesos irregulares, que son cinco de los siete tarsos, a saber: el cuboides, el escafoides y tres cuñas o huesos cuneiformes que forman el arco del pie y tienen una función amortiguadora.

La parte media del pie se conecta con el antepié y con el retropié a través de músculos y de la fascia plantar, cumpliendo una función rítmica puesto que los huesos que la constituyen actúan de forma sincronizada.

El cuboides

El nombre hace referencia a su forma, que es cuboide e irregular. Su cara proximal es lisa y está articulada con el calcáneo. Su cara distal muestra dos facetas articulares para el cuarto y quinto metatarsiano. La cara medial cuenta con dos carillas, una que es anterior para la tercera cuña, y otra que es posterior para el hueso escafoides.

El resto de sus caras son rugosas y no articulares (lateral, dorsal y plantar). En la cara plantar se destaca la cresta del cuboides, que divide a la cara plantar en dos partes, constituyendo en la parte anterior el canal llamado surco del peroneo lateral largo.

El escafoides

El escafoides o navicular tiene forma navicular, cuya cara proximal o posterior muestra una excavación donde articula el astrágalo. La cara distal o anterior presenta tres facetas triangulares que articulan con las cuñas. La parte interna del hueso muestra un saliente llamado tubérculo del escafoides, y en su parte externa hay una carilla plana para articular con el cuboides.

Huesos cuneiformes

Las cuñas o huesos cuneiformes son tres: la primera (o medial), la segunda (o intermedia) y la tercera (o lateral). Todas las cuñas tienen una cara proximal triangular para articular con el escafoides, como así también una cara distal (también triangular) para articular con los primeros cuatro metatarsianos.

El pie trasero o retropié

Está compuesto por otros dos tarsos, que son el astrágalo (es el hueso del tobillo que está conectado con la pierna formando la articulación que permite el movimiento hacia abajo y hacia arriba) y el calcáneo (que constituye el talón del pie), cuya función es mantener la estabilidad.

El astrágalo (tobillo)

El astrágalo o talus, usado en la antigüedad como taba o juego de azar por sus seis caras similares a un dado, es un hueso corto y el único hueso del tarso que articula con la tibia y el peroné de la pierna. Constituye la conexión del pie con la pierna, la que llamamos habitualmente tobillo.

El astrágalo queda sujeto por la mortaja tibioperonea y se articula con el calcáneo y con el escafoides. Posee una cabeza o parte anterior (es la que articula con el escafoides), un segmento intermedio o cuello, y una porción posterior o cuerpo que es la parte más voluminosa.

El calcáneo (talón)

El calcáneo es un hueso asimétrico y corto que posee seis caras, y constituye el talón del pie. Se ubica en la zona trasera del pie, al extremo del miembro inferior, justo debajo de la pantorrilla.

También tiene una forma irregularmente paralelepípeda, que representa en su mitad posterior al talón. Su cara superior distingue dos carillas que articulan con el astrágalo. Entre las dos carrillas se forma un profundo surco llamado sulcus calcanei, que forma un conducto llamado seno del tarso (sinus tarsi) junto al sulcus tali.

La cara inferior del calcáneo es rugosa, y da cuenta de dos prominencias: las tuberosidades interna y externa del calcáneo. La cara exterior muestra un tubérculo pequeño llamado tubérculo peroneo. En la cara interna se observa el canal calcáneo interno que está por debajo del sustentaculum tali. La cara anterior, que es lisa, articula con el cuboides, y la cara posterior le da la forma prominente al talón.

Hay otras estructuras que forman parte del pie, y que son:

  • El arco, compuesto por huesos y ligamentos que funcionan como determinantes de las pisadas del cuerpo humano, y es el punto del pie donde el cuerpo más se apoya. El arco permite al ser humano mantenerse en forma erguida.
  • Las articulaciones, que son los puntos de encuentro (treinta y tres en total) de los huesos del pie, recubiertos además por cartílago. Las articulaciones principales son las del tobillo (articulación supra astragalina), la del tobillo y talón (articulación astragalotarsiana) y la del talón y el cuboide (articulación calcaneocuboidea).
  • La fascia plantar, que es un tejido grueso que está ubicado en la planta del pie conectando el calcáneo con los dedos para formar el arco del pie. La fascia plantar o planta del pie, que se origina en el talón, tiene capacidad para generar la tensión suficiente para mantener el arco del pie.
  • Los ligamentos, que son bandas fibrosas o tiras elásticas y sólidas que conectan entre ellos a los huesos de los pies con el fin de permitir la estabilidad y la movilidad del pie.
  • Los tendones, que son tejido fibroso cuya finalidad es conectar los huesos con los músculos para permitir el equilibrio dinámico del pie.
  • Los nervios, que son los elementos que se encargan de la generación de impulsos nerviosos por el pie, es decir, de las sensaciones o sensibilidad. El nervio que está ubicado en el pie es conocido con el nombre de nervio tibial, y consta de dos ramas: el nervio plantar medial y el nervio plantar lateral. Ambas ramas se distribuyen tanto entre los dedos como en la planta del pie.
  • Los músculos, que en el pie están conectados a los huesos y son los principales productores de movimiento. Hay músculos intrínsecos, que se originan en el pie y terminan en él permitiendo la movilidad de los dedos; y hay músculos extrínsecos, que tienen origen en las piernas y están encargados del movimiento que se produce en el tobillo y en el pie.
  • Las uñas, que son estructuras con forma curva de la piel, que están ubicadas en zonas distales del miembro inferior, en este caso en el pie. La función principal de las uñas de los pies es preservar la piel muy sensible que se encuentra por debajo de ellas (o sea la punta de los dedos), contribuyendo con el equilibrio a la hora de caminar.

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