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Partes de una historia

Una historia es un relato de los hechos que le suceden a uno o más personajes, situados en un tiempo y lugar determinados. La calidad de una historia escrita depende de la cohesión de sus partes, lo que marca la diferencia entre una historia memorable, que será recordada y tal vez compartida con otros, con una historia que pasará fácilmente al olvido.

Escribir una historia es narrar una experiencia vivida, o contar algo que hemos soñado o creado con la imaginación. Real o imaginaria, la trama de una historia se desarrolla naturalmente introduciendo al lector emocionalmente en los sucesos narrados, haciéndolo sentir identificado con los sentimientos y actitudes del personaje.

Planificación de la historia

Antes de iniciar la narración de una historia, es necesario planificar no sólo cómo será el relato y los hechos que sucederán a sus personajes, sino que hay que definir la forma en que queremos contarla. Tendrán que tenerse en cuenta ciertos aspectos:

  • Cuáles son los personajes que intervendrán en nuestra historia definiendo sus personalidades, sus formas de ser y de conducirse, pensando además en las relaciones que tendrán los personajes entre ellos (si serán amigos, desconocidos, amantes, rivales, compañeros…)
  • La acción debe situarse en un tiempo y espacio determinados, precisando detalles concretos y una descripción exacta de lugares (incluso brindando direcciones si es necesario) que harán a la historia real e interesante.
  • Hay que definir el modo en que se narrará la historia, es decir cuál será el tiempo verbal que predominará en la narración (pasado o presente) y qué posición adoptará el narrador, si lo hará en primera persona («el día que conocí a Raquel la vi desde lejos en la multitud») o en tercera («el hombre no sabía a dónde ir, su vida había sido un desacierto constante»).

La magia de los detalles

La historia parecerá más real si se introducen en ella diálogos entre los personajes (aunque no son indispensables), que permiten conocer a cada uno de ellos a través de sus sentimientos y expresiones, es decir conocer su personalidad en la expresión de sus gestos y sus palabras.

La descripción de los detalles en la historia nos permite representarnos en nuestra mente cómo es el ambiente en que se desarrolla la acción, cómo son los objetos y cuál es la atmósfera en la que se contará el relato.

Por ejemplo, no es lo mismo decir:

El niño no sentía el frío y la lluvia, salió corriendo luego de cerrar la puerta.

Que ampliar la idea brindando detalles concretos de cada hecho:

Cuidadosa y silenciosamente, el niño cerró la puerta y comenzó a correr sin notar siquiera la lluvia que resbalaba por su rostro y penetraba por su cuello. 

Elementos de una historia

Si bien cada historia depende de su autor y hay múltiples modelos para crearla, hay elementos comunes a todas ellas sin los cuales es impensable hablar de una historia, la cual deberá ser pensada en partes indispensables.

Los personajes

Los personajes son entes de ficción a través de los cuales habla el narrador. Pueden ser personas o animales, e incluso seres inanimados que se comportan como si fuesen personas y hasta sienten y actúan como tales.

Las características de sus personalidades y los diálogos entre los personajes involucra más directamente al lector, quien puede o no identificarse con ellos.

La historia debe tener uno o varios personajes, según la decisión del autor. Algunos serán los personajes centrales o principales (llamados protagonistas), y otros serán los secundarios e incidentales. A veces al añadir un nuevo personaje se superpone a la trama original una nueva historia que enriquece la narración.

El narrador

El narrador es un elemento fundamental en toda historia ya que es quien la cuenta, pero no debe confundirse con el autor, que es quien escribe la ficción y la pone en marcha.

El narrador es la voz que nos habla desde el fuero íntimo del relato, es la voz que describe los acontecimientos, presenta a los personajes, relata lo que pasa, explica las reacciones y pensamientos de cada uno de ellos.

Dicha voz del narrador gramaticalmente se identifica con la persona verbal utilizada, que puede ser en primera, en segunda o en tercera persona. Por ejemplo:

  • Yo escribo una historia (primera persona del singular, o «nosotros escribimos una historia» en primera persona del plural)
  • Tu escuchas mi historia (segunda persona del singular, o «vosotros escuchais mi historia» en segunda persona del plural)
  • Él lee la historia (tercera persona en masculino del singular, o «ellos leen la historia» en tercera persona en masculino del plural)

Tipos de narradores

La voz del narrador hace llegar la ficción a los lectores, compenetrándolos con la historia. Hay muchos modos de hacerlo, pero algunos son los más comunes:

Narradores en Primera Persona

  • Narrador protagonista es el principal actor de la historia, que habla desde sí mismo. Por ejemplo: «Hoy he despertado sin encontrar el sentido de mi existencia. Ayer sentí el frío de una hoja de acero en las entrañas, cuando me lo contaron.»
  • Narrador testigo es el que habla en primera persona, sin ser el protagonista. Se trata de un personaje que no interviene, o que sólo lo hace colateralmente, pero que es testigo presente de los hechos de la historia. Es el caso del doctor Watson, creado por Conan Doyle; si bien el protagonista es Sherlok Holmes, quien habla en primera persona del singular es el doctor Watson, que lo acompaña y es testigo.
  • Narrador en monólogo interior es un tipo de narrador muy difícil de interpretar, ya que es el que trata de expresar sentimientos confusos del personaje dando verosimilitud a ciertos estados de conciencia anormales o alucinatorios, de ideas caóticas o confusionales. Por ejemplo Faulkner (escritor que se destaca por la profundidad emocional de sus obras) en «El ruido y la furia» muestra la forma de hablar que tendría un niño con retraso mental, reproduciendo de un modo realista lo que podría ser su estado interior.
  • Narrador poliédrico es también muy difícil de interpretar, ya que narra en primera persona distintas perspectivas desde el comienzo de la historia. Es decir que el narrador adopta el punto de vista de cada personaje, contando sobre los mismos hechos la forma de mirarlo de cada uno de ellos. Además acomoda a las características personales de cada personaje las fantasías, los pensamientos y los sentimientos, de modo que el autor se pone en la piel de cada uno de ellos con la dificultad que presupone.

Narradores en Segunda Persona

Es un tipo de narrador muy poco utilizado, aunque en el pasado existía la modalidad de la novela epistolar en la cual su uso era muy frecuente.

Las cartas son un ejemplo claro del escrito en segunda persona ya que en una carta nos dirijimos a otro, ya sea utilizando el «tu» o el «vosotros».

«-Te escribo esta carta ya que no he tenido noticias tuyas por ninguna otra vía-«; o bien «-Me dirijo a usted para hacerle llegar una recomendación especial para el puesto de trabajo que está requiriendo-«

El narrador en segunda persona fue utilizado por algunos escritores postmodernos como Carlos Fuentes o Italo Calvino, que buscaron una mayor aproximación del lector al dirigirse a ellos directamente en segunda persona, haciéndolos partícipes del relato.

En «Si una noche de invierno un viajero», Ítalo Calvino se dirige con un tu indeterminado a su lector, como si hablara directamente con él durante toda la historia. Así lo muestra el comienzo del libro:

«Estás a punto de empezar a leer la nueva novela de Ítalo Calvino, Si una noche de invierno un viajero. Relájate. Recógete. Aleja de ti cualquier otra idea. Deja que el mundo que te rodea se esfume en lo indistinto. La puerta es mejor cerrarla; al otro lado siempre está la televisión encendida. Dilo enseguida a los demás: «No, no quiero ver la televisión». Alza la voz, si no te oyen: «¡Estoy leyendo!»

Narradores en Tercera Persona

Si la historia es contada en tercera persona, el narrador cuenta los acontecimientos que le suceden a otras personas.

  • Narrador omnisciente es el que lo sabe todo. Es un tipo de narrador que no se implica en la historia, y su voz es la más fácil de aplicar en un relato. Predomina especialmente en la novela, con su punto culminante en las historias de Tolstoi, Balzac, Dickens, Perez Galdós. El narrador omnisciente conoce absolutamente los sentimientos y pensamientos de sus personajes, conoce la atmósfera y el ambiente en que se desarrollan los acontecimientos, e inclusive llega a juzgar sus acciones moralmente.
    El narrador omnisciente es el que más se identifica con el autor que cuenta una historia desde la objetividad y la lejanía (lo que no siempre es fácil de conseguir).
  • Narrador observador es el que intenta ser objetivo sin juzgar a los personajes, y en ello se diferencia del omnisciente. Es llamado también narrador objetivo, y se lo compara con una cámara filmográfica, que registra todo lo que sucede sin participar en la acción. Por ejemplo:

«El hombre llegó al bar y eligió una mesa. Extendió sobre ella el periódico y se dispuso a leer los titulares. Por encima de su hombro, pudo ver que una mujer de gafas oscuras lo observaba atentamente.»

El narrador observador cuenta detalladamente lo que ocurre sin involucrarse, como si una cámara de cine captara las imágenes de la escena. El observador narra lo que pasa sin implicarse en ningún momento de la historia, lo cual no es fácil. No puede intervenir, no puede juzgar, no puede hacer afirmaciones. Se                               mantiene siempre en un segundo plano.

El marco

El marco es el contexto en el que se desarrollará la historia argumental, en el que se presentan los personajes situándolos en tiempo y espacio. Habitualmente está al comienzo de la historia, y es una etapa en la que no hay demasiada acción sino que se relaciona con la atmósfera del relato.

La trama

La trama es el argumento de la historia desarrollado en diversas escenas o acciones a lo largo de una línea de tiempo. Se trata de los acontecimientos que le suceden a los personajes, sus conflictos y vicisitudes.

La trama a su vez se divide en tres partes:

Introducción

La introducción es el antecedente general del conflicto que tendrá que resolver el personaje, presenta una idea global de aquello que lo motivará al desarrollo de la historia. Como lo dice su nombre, nos introduce en el ambiente y anticipa los incidentes de la trama que alcanzarán su clímax en el nudo de la misma.

Desarrollo, cuerpo o nudo

Luego del planteamiento del problema, la trama se desarrolla en lo que llamamos nudo de la historia. Es la parte más extensa de la narración donde se hacen descripciones, se brindan pistas, se muestran las posiciones de los distintos personajes y sus relaciones controversiales o de alianzas, y se relatan los acontecimientos o conflictos que van sucediendo.

En el cuerpo de la trama se relata la forma en que el personaje avanza hacia el desenlace para resolver el conflicto y las adversidades a las que se enfrenta. Cualquier incidente, aún pequeño e imprevisto, puede complicar el dilema para sorprender al lector inesperadamente.

Final o desenlace

El final es la parte que cierra la historia, donde finaliza la tensión de los personajes al resolver el conflicto. Se conecta con los elementos que se desarrollaron desde el comienzo de la trama.

El desenlace es el momento culminante de la historia en el que se resuelve, en cualquier sentido, la situación problemática. El final suele ser breve, lo que genera un mayor impacto en los lectores, y muchas veces es abierto y queda librado a la imaginación de quien lo lee.

El final o desenlace es el clímax o punto más alto y emocionante del relato, donde el protagonista alcanza el o los objetivos planteados en la trama, por ejemplo descubrir al asesino, comprender situaciones de su pasado, recuperar su trabajo, conquistar a una mujer, alcanzar paz interior o lo que fuere.

Pero además de ello, el final también debe lograr un cambio brusco de la dirección de la historia, de manera de sorprender al lector con recursos novedosos, creativos, ingeniosos o interesantes con los que la historia dé un giro abrupto que no sólo sorprenda sino que genere una emoción suplementaria y una satisfacción plena.

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