Un volcán (de vulcán, dios romano del fuego) es una estructura geológica formada generalmente en los límites de las placas tectónicas, por la cual es expulsada al exterior la roca fundida o magma. Aunque también pueden existir hot spots (o puntos calientes) sin contacto entre las placas, como es el caso de las Islas Hawai.
El magma toma la forma de ceniza volcánica, lava y gases que están en el interior de la Tierra a temperaturas muy elevadas, en episodios de violenta actividad del volcán donde el magma sale abruptamente hacia la superficie, episodios que son denominados erupciones volcánicas. Cuando los volcanes colapsan luego de sufrir grandes erupciones, forman en sus cimas depresiones enormes llamadas calderas, que pueden superar el diámetro de un kilómetro.
Cráter
El cráter es un orificio o abertura generalmente en forma de embudo o de cono invertido, de paredes empinadas, cuya boca es por la cual el magma sale hacia afuera de la superficie terrestre cuando el volcán está en actividad. El cráter es la puerta de salida que está al final de la chimenea, que permite expulsar materia derretida o en estado de fusión como cenizas, humo, lava y todos los otros materiales piroclastos que expira la erupción.
El cráter puede presentar diferentes dimensiones ya sea de unos pocos metros hasta varios kilómetros, y distintas formas ya sea en forma ovalada, circular u otras. Cuando el cráter tiene una abertura superior a un kilómetro de diámetro se denomina caldera volcánica. La caldera es una estructura circular que se forma por hundimiento de la estructura volcánica sobre la cámara magmática que estará parcialmente vacía por debajo de la tierra.
Al fracturarse el techo de las rocas superiores de las capas tectónicas, el magma explosiona violentamente expulsando volúmenes enormes de material piroclástico, en especial fragmentos de pumita y cenizas. Las coladas piroclásticas pueden alcanzar una velocidad de 100 kilómetros por hora, y al detenerse, los fragmentos calientes de los materiales se fusionan formando un techo de lava solidificada que al derrumbarse da lugar a la formación de una caldera.
Chimenea
La chimenea es un conducto que puede tener 200 kilómetros de profundidad, por el cual el magma asciende hacia la superficie en el transcurso de la erupción volcánica. Luego de la actividad del volcán, terminada la erupción, la chimenea es taponada con roca fría.
El magma es una masa mineral que se encuentra en estado viscoso en las profundidades de la corteza terrestre, que por acción de las elevadas temperaturas y la solidificación que adquiere al salir al exterior por la chimenea, da origen a la formación de rocas eruptivas. Las chimeneas volcánicas sudafricanas, por ejemplo, son conocidas por estar cargadas de diamantes ya que fueron formadas por rocas originadas a 150 kilómetros de profundidad, donde es suficientemente elevada la presión para producir diamantes y otros minerales de alta presión.
Cuando el magma acumulado en el interior de la Tierra aumenta su presión pugnando por salir a la superficie, se abre camino por la chimenea y se produce la erupción volcánica.
Cono volcánico
El cono es la parte visible de un volcán, formado por la yuxtaposición de materiales que fueron expulsados por la chimenea a lo largo de los años. Se trata de una construcción de materiales con forma de cono truncado o montaña, que salieron al exterior y se ubicaron alrededor del cráter.
El cono volcánico es una formación de roca sedimentaria que aparece como consecuencia de la acumulación de material sólido medianamente compacto, originado en los procesos exógenos de la corteza terrestre y producido por erupciones volcánicas previas. Cuando el magma sale a la superficie, a causa de la enorme presión que genera su acumulación en la cámara magmática, atraviesa la chimenea convirtiéndose en lava al llegar al exterior. La lava desciende por la ladera del cono volcánico y forma grandes mantas o coladas.
La lava se solidifica rápidamente cuando es poco líquida, y forma mantos cortos que pueden obstruir el cráter. Sin embargo, nuevas explosiones suelen romper los mantos o acumular material por encima de él dando lugar a la formación de agujas sobre el cráter que llegan a tener cientos metros de altura.
Cámara magmática
La cámara magmática es una zona que se ubica en el interior más profundo de la corteza terrestre, a muchos kilómetros de profundidad, en cuyos amplias dimensiones se acumula el magma en un estado de presión que se eleva progresivamente antes de salir hacia la superficie.
La cámara magmática es responsable del colapso y estructura de los volcanes, ya que queda casi vacía a posteriori de la expulsión de todo su contenido hacia el exterior, por lo que ocasiona la pérdida de estabilidad de la estructura del volcán y parte de su hundimiento posterior.
El ascenso del magma, según sea la presión en el interior de la cámara magmática, puede variar en intensidad, frecuencia y duración, desde corrientes suaves de lava hasta destructivas explosiones. Si no es suficientemente alta la presión en el interior de un volcán para que salga a la superficie el magma, el volcán puede quedar apagado o dormido.
Un volcán está dormido cuando puede entrar en erupción nuevamente después de la primera vez, y está apagado cuando no hay probabilidades de que entre en erupción, o ella no se espera. No siempre las erupciones de los volcanes revisten la misma forma. Algunas veces son tranquilas y silenciosas, y otras veces son violentas con grandes explosiones, dependiendo de la composición del magma y también de la presión y cantidad de gases que lo acompañan.
Un volcán es una comunicación directa con lo más profundo de la corteza terrestre y puede tener aproximadamente 300 mil años.
Fumarolas
Las fumarolas son las nubes de aspecto blanquecino, formadas por las emisiones de gases que emanan de la lava de los cráteres de un volcán en actividad, mezcla de vapores y gases que surgen de las grietas externas de un volcán (en la superficie volcánica) a altas temperaturas.
Las fumarolas también suelen desprenderse de las coladas de lava, cuya composición varía de acuerdo a la temperatura en que son emitidas. Es decir que a lo largo del ciclo de vida de una fumarola irá cambiando la composición a la vez que varía la temperatura. Por ejemplo las fumarolas emanadas cerca del cráter, a temperaturas superiores a 500°C, están compuestas por potasio, cloruro de sodio, anhídrido carbónico y sulfuroso, con total ausencia de vapor de agua.
También pueden contener pequeñas proporciones de cloruros como hierro o cobre y algunos hidrocarburos que producen llamaradas. En cambio, las fumarolas que ya recorrieron un largo trecho desde las profundidades, fueron perdiendo temperatura por lo que abunda en ellas el vapor de agua mezclado con ácidos, lo que les adjudica un olor sofocante.
Solfataras
Las solfataras tienen un parentesco íntimo con las fumarolas. Se trata de emanaciones gaseosas de no muy elevada temperatura ya que no pasan los 150°C, que se relacionan con una manifestación agónica de la erupción volcánica. Son las emisiones de ácido sulfhídrico y de vapor de agua que emanan de la lava de los cráteres activos.
Mofetas
Las mofetas surgen de las grietas del terreno volcánico, y son también emisiones de gases irrespirables de fumarolas frías, a temperatura ordinaria, de las que se desprende dióxido de carbono luego de las erupciones volcánicas. Se caracterizan por emitir gases fríos, que se manifiestan posteriormente al cese de actividad de los volcanes, a través de sus cráteres.
Géiseres
Los géiseres son verdaderos y pequeños volcanes de los que brota con irregularidad vapor de agua hirviendo. Parecen surtidores intermitentes de agua y vapor caliente en forma de chorro. Son expulsiones a grandes alturas de agua en estado gaseoso y líquido. Los géiseres son una especie de cono aplastado con varios metros de ancho y de alto, en cuyo extremo superior se forma un cráter circular donde desemboca una chimenea de paredes pulimentadas.