La Constitución política de un Estado es el texto que sienta las bases del ordenamiento del país en general además de sus declaraciones de principios, derechos y deberes ciudadanos, funcionamiento y separación de poderes, siendo así el esqueleto en que se funda una nación.
Todos los países tienen una Constitución, las que pueden ir siendo corregidas o incluso derogadas y rehechas por completo, eso sí siguiendo las reglas establecidas para ello en caso de Estados democráticos o a la fuerza cuando se trata de gobiernos dictatoriales.
La Constitución política de Estado tiene varias áreas dedicadas a temas específicos, y si bien no todas las constituciones siguen el mismo modelo ya que dependen mucho del tipo de gobierno, presidencial, parlamentario, monarquía, dictadura, y su nivel de rigidez, hay partes claras que están presentes en la gran mayoría de ellas con un estilo de narración informativo pero con un componente casi poético que no merma su formalidad.
Preámbulo
El preámbulo de una Constitución política de Estado habla de la validez y promulgación de la Constitución, dándole el marco general jurídico y los principios que sostienen a esa nación y por ende son la base para este documento solemne
En el preámbulo de una Constitución pueden incluirse las declaraciones de principios de un país y los deberes generales de los cuerpos gobernantes que representa la Constitución, sus normativas base y la justificación que la hace valedera, además de la fecha y forma de promulgación.
Dogma
El dogma de una Constitución es la sección donde se establecen los derechos y deberes de los ciudadanos del país y como la obligación de los entes gobernantes de asegurarse de su cumplimiento y respeto ya sea interno o externo.
Existen Constituciones políticas de Estado que incluyen la Declaración universal de los derechos humanos dentro de parte dogmática, ello según su adherencia a esta normativa internacional a la que suscriben la gran mayoría de los países del mundo.
Orgánica
La parte orgánica de una Constitución política de Estado fija la estructura de poderes del Gobierno y su organización además de las atribuciones de cada uno de ellos, junto a eso se fija cómo estos poderes se designan, la duración de quienes están detrás de ellos en sus cargos y la fiscalización correspondiente.
Una Constitución política de Estado no es lo mismo que los códigos y leyes, pero sí contiene las normas jurídicas básicas y fundamentales que deben regir toda legislación de ese determinado país, un esqueleto para todo código que se promulgue a partir de la existencia de esa Constitución.
Reformas y validez de una constitución
La Constitución política de un Estado incluye una sección que norma cómo esta se puede modificar y los procedimientos a seguir para realizar estos cambios, los que pueden ir desde plebiscitos populares a asambleas constituyentes o simplemente queda en manos del Congreso, todo depende del ordenamiento de poderes y sus facultades.
Hay países en los que existe un Tribunal Constitucional, encargado de velar por el cumplimiento de la Constitución y que tiene la capacidad de interpretar si alguna ley o normativa viola el texto fundamental que rige la nación, declarándola así como inconstitucional y por ende inválido.
No hay un modelo único de Constitución política de Estado, ya que cada país tiene su propio orden pudiendo ser más o menos rígidas. Incluso existen constituciones más o menos detalladas variando en su extensión y contenidos, pero toda nación soberana debe tener una Constitución para considerarla legítima.