Las vacunas son el avance médico más importante de la historia, erradicando enfermedades que antes mataban a millones de personas, las que ahora están protegidas, además de cuidar a aquellos pacientes que por alguna razón de salud no pueden recibirlas.
El objetivo de las vacunas es que el cuerpo cree una respuesta inmune inmediata ante cierto virus o bacteria, por lo que las personas no se contagiaran o, de hacerlo, mostrarán una respuesta leve. Las personas reciben una serie de vacunas durante su vida, comenzando en sus primeros meses de vida.
Existen vacunas para diferentes condiciones de salud y tristemente hay mucha desinformación al respecto. Si quieres saber más sobre este avance médico revolucionario, te contamos de qué se compone una vacuna, la cual posee una serie de ingredientes que le posibilitan funcionar tal como ocurre con cualquier medicamento.
Antígeno
El antígeno es una versión muerta o atenuada del germen que provoca la enfermedad y, que al entrar al cuerpo lo educa para hacerlo inmune a su edición dañina. La gran mayoría de las vacunas son contra enfermedades virales, aunque también las hay bacteriales.
Según su tipo, una vacuna puede contener una clase diferente de antígenos existiendo cuatro:
Virus inactivos
Se trata de vacunas que contienen un virus muerto o inactivo, por lo que de ninguna forma pueden provocar el desarrollo de la enfermedad contra la que se está vacunando. Aún así el paciente puede experimentar efectos secundarios como fiebre y dolor e inflamación en la zona.
Virus vivos atenuados
En estas vacunas el virus tiene su acción extremadamente disminuida aunque no está completamente desactivado, por lo que podrían generar síntomas muy leves de la condición para la que se busca inocular a la persona, sin ser peligrosas.
Virus fraccionados
Las vacunas con virus fraccionados contienen sola una parte del virus inactivo, no el virus completo. Aún así pueden educar al cuerpo para que desarrolle la respuesta inmune que se busca.
Bacterias fraccionadas
Las vacunas con bacterias fraccionadas usan solo la parte que se necesita de la bacteria para inocular, la cual está completamente inactiva.
Coadyuvantes
Los coadyuvantes son compuestos que potencian la acción del antígeno de diferentes formas. Estos pueden ser antibióticos o antisépticos en diversas presentaciones y composición de ingredientes.
Conservantes
En una vacuna, los conservantes evitan que la vacuna pueda contaminarse con elementos externos y haga seguro su almacenamiento y transporte desde el momento de su producción, hasta que se aplica al paciente.
Existen diferentes tipos de conservantes y, el más polémico es el timerosal, una clase de etil mercurio que no es peligroso. Muchos lo confunden con el metilmercurio, el cual sí puede ser tóxico a diferencia del primero.
No todas las vacunas contienen timerosal y, hay disponibles versiones libres de este conservante en el caso de vacunas que lo suelen tener en caso de que el paciente o sus padres esté temeroso producto de los mitos sobre este elemento.
Estabilizadores
Las vacunas pueden llevar estabilizadores que ayudan a mantener intacta su composición, siendo diferentes a los conservantes. Estos no generan ningún efecto sobre el cuerpo